|  Volumen:    15     # Número:1 Fecha  de publicación :    Enero - Marzo    de    2011
 Recomendaciones de la Sociedad Argentina de Hematología para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica del adulto  Autores: Dardo Riveros, Beatriz Moiraghi, Alicia Enrico, Jorge Milone RESÚMEN: Actualmente se acepta que los adultos con leucemia mieloide crónica (LMC) en fase crónica (FC) deben 
iniciar tratamiento con imatinib 400 mg/día. Con esta 
estrategia la mayoría de ellos pueden tener respuestas 
prolongadas, con buena calidad de vida y bajas probabilidades de recaer o de progresar a fases avanzadas de 
la enfermedad.
Los  en fe rmos  que   re sponden  en   forma  óp t ima  a l 
imatinib deben continuar con este tratamiento en forma 
indefinida, mientras que los que presentan respuestas subóptimas tienen tres opciones: no modificar el tratamiento 
inicial, escalar la dosis de imatinib o rotar a inhibidor de 
tirosina-kinasa (ITK) de 2ª generación.
Los pacientes con intolerancia o falla de la respuesta 
al imatinib, deben continuar con dasatinib o nilotinib. La 
elección entre los dos ITK de 2ª generación puede basarse 
en criterios que tengan en cuenta el perfil de seguridad de 
dichos agentes, como así también sus efectos diferenciales 
sobre las mutaciones de BCR-ABL 1.
El papel del transplante alogénico de médula ósea 
(TALMO) durante la FC de la enfermedad está influenciado por sus efectos adversos a corto y mediano plazo, pero 
los enfermos elegibles pueden ser seleccionados para esta 
modalidad si han fallado o progresado a fases avanzadas 
durante el tratamiento con ITK o se comprueba la presencia de la mutación T315I. Los enfermos que se presentan 
inicialmente con fase acelerada (FA) o fase blástica (FB) 
deben tratarse inicialmente con ITK asociados o no a drogas citotóxicas, y luego realizar TALMO si es posible: el 
pronóstico de estos pacientes es notablemente inferior al 
de los que se presentan con fase crónica temprana (FCT).
Es evidente que todas estas posibilidades terapéuticas se encuentran guiadas por conceptos basados en 
los tipos de respuestas y en el monitoreo secuencial de 
las mismas, en los que se jerarquiza la obtención de 
remisión hematológica completa (RHC) y de la remisión 
citogénica completa (RCC) en el contexto de la práctica 
clínica.
En este sentido, las recomendaciones actualizadas 
de la European LeukemiaNet representan una valiosa 
contribución para el manejo de la LMC14, 15
.
Sin embargo, debe reconocerse que en la práctica  
existen grandes falencias en el seguimiento de estos enfermos, y los resultados que se alcanzan no son los mismos 
que los de los estudios terapéuticos de diseño cerrado y 
estricto, aún en los países desarrollados.
Un buen ejemplo en este sentido son los datos del 
UNIC (The Unmet Needs in CML), un estudio observacional, multicéntrico, realizado en 8 países y basado en 
la información aportada por historias clínicas de 1441 
enfermos con LMC en FC tratados con imatinib en la 
comunidad
25
. Entre otros datos de interés, el UNIC mostró que el 45% de los enfermos fueron considerados 
como intolerantes o resistentes, 35% no tenían estudios 
citogenéticos realizados en los últimos 12 meses y 70% 
no habían sido evaluados para determinar el nivel de 
transcriptos durante el mismo período.
Alentamos la esperanza que estas recomendaciones de 
la Sociedad Argentina de Hematología (SAH), basadas en 
los aportes más recientes de los grupos internacionales 
que trabajan en el campo de la LMC, contribuyan al mejor 
manejo de esta enfermedad en nuestro país. Palabras clave: Inhibidores de tirosina-kinasa (tyrosine 
kinase inhibitors), terapia de primera línea (first-line therapy), monitoreo (monitoring), respuesta óptima (optimal 
response), respuesta subóptima (suboptimal response), 
fallo (failure) Páginas : 8-14 |